viernes, 12 de octubre de 2012

VÍSPERA DE SAN BARTOLO - 23 AGOSTO


Como cada año, la víspera de San Bartolo, comienza con el chupinazo en la plaza de Báscones. Una mecha que se consume rápidamente, seguido del ruido de un gran petardazo, es la señal para que un montón de jóvenes abran sus botellas de sidra y corran a salpicar a todo el que puedan por toda la plaza, evitando a la vez ser calados por otros. Y así de esta manera quedan inauguradas las fiestas de este año.
Tras el chupinazo, llega la hora de organizarse y hacer filas para tocar la turuta. Aunque los anteriores años parecía que la banda de cartón se iba debilitando, este año, atrajo a muchísima gente, desde los más chiquitines siendo los primeros en la fila, hasta los más mayores acompañando con sus voces, como se puede ver en las siguientes fotos. Fue un día de mucho calor, así que se buscó la sombra durante todo el pasacalles, sobre todo en las paradas para tomar el refrigerio. Se tocaron las canciones tradicionales y alguna canción nueva infantil, como la canción de “bob esponja”. 

La comida de peñas que se realiza en la pradera fue una macarronada para todos/as, como el año anterior. La comida fue todo un éxito, nadie se quedó con hambre y los macarrones estaban muy ricos, así que agradecemos a los y las cocineros/as el esfuerzo y tiempo que emplearon para que todo saliera muy bien.


Con el estómago lleno más de uno fue a tomar un cafecito o a echar una siestecilla, pero tuvo que ser más bien corta porque seguido empezarían las primeras Olimpiadas Rurales en el campo de fútbol. Tuvieron una acogida estupenda, participaron 7 peñas, que fueron las siguientes: el Clan, el Puntillo, Yo y el resto, los Paranoicos, los Merino, los Despeñaos, y los Sin Nombre.

Se realizaron diferentes pruebas y las risas estaban garantizadas. La primera prueba consistía en empujar entre dos personas del mismo equipo una alpaca grande y desplazarla hasta un punto en el que otros dos compañeros/as esperaban para hacer lo mismo. Los ganadores de esta prueba fueron “Yo y el resto”. Ellos también ganaron la prueba de lanzamiento de patatas, y carreras de sacos entre otras.


            Otras pruebas consistían en pruebas que no pueden faltar en cualquier olimpiada rural, como es la prueba del pepino, y la prueba del debora-pipas, teniendo que comer todas las que puedas en un minuto; en la que por cierto; Saul fue todo un experto.




Muy original y divertida fue la prueba de lanzamiento de tito, el ganador absoluto de esta prueba fue Txolo, llegando a lanzar el tito de aceituna a más de 12 metros. La prueba estrella de las carcajadas fue la carrera de sacos, porque varios fueron los que se cayeron, pero las caídas fueron de lo más cómicas. Finalmente todo el mundo se lo pasó genial, hubo premios para todos los grupos, ya que a parte de la puntuación también se valoraba al grupo más gracioso, al más unido, al más despistado,… Las pruebas estaban muy curradas, muy bien preparadas, así que desde aquí agradecemos a los/las organizadores (peña Puntillo) el esfuerzo y tiempo empleado para que todo saliera tan bien como salió, y a su vez animamos a todo el mundo para que participe en las siguientes, ya que las risas y el buen ambiente están aseguradas!!!



Mientras los mayores estábamos participando en nuestras I Olimpiadas Rurales, los más pequeñitos hacían lo suyo, y participaban en las I Peque-olimpiadas Rurales. Tuvo buena acogida y muchos fueron los peques que no quisieron perderse el evento. Como la agenda de este día es muy apretada, y todas las actividades están diseñadas para no perderse nada, seguido empezaba el concurso de parchís en la tabla. Se apuntaron varias parejas, y todo quedó en familia, ya que la final la jugaron entre Carlos y Raquel y su madre y su pareja. 

La final se jugó al día siguiente ya que no daba tiempo a acabar el torneo porque a las 20.00 horas daba comienzo el Pregón de fiestas a cargo de Don Benito Bravo Barreda Foto 17 Tras el pregón, todos fuimos a hacer cola para poder probar esa panceta tan rica que preparaban en el parque. Todos los años hay una gran cola para probar la panceta, pero este año la cola era aún mayor que otros años. Había panceta para todo el que quisiera, incluso repitiendo varias veces. Felicitamos a los cocineros por el buen sabor que tenía la panceta.




Habiendo llenado un poco la tripa, muchos marcharon rápidamente a ver el partido de la supercopa, y se llenaron las casas y los bares para verlo, y se vaciaron las calles. Llegó la noche y la gente del pueblo acudió expectante a ver cómo sonaba la orquesta que ese día venía. Esa noche la orquesta encargada de animar y hacer que todos nos divirtiéramos en la plaza del pueblo era la orquesta Coliseum. Y casi sin darnos cuenta ya se nos había pasado el día de la víspera plagado de un montón de actividades.

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